En 1974, Ted Nelson, un visionario (o un soñador sin remedio, como uno quiera verlo), publicó un libro titulado Computer Lib/Dream Machines. Los computadores personales aún no se habían inventado 1. Para la mayoría de la gente, los computadores eran unas máquinas todopoderosas que evocaban un sentimiento de asombro. La gente normal no utilizaba computadores, eso era tarea de científicos. La gran mayoría de la gente se conformaba con dejar que esos científicos e ingenieros (los “sacerdotes de la computación”, en palabras de Ted Nelson) decidieran cómo utilizarlos.

UNIVAC 9400, fuente: Wikipedia

Ted Nelson escribió su libro porque consideraba que los computadores en 1970 no eran más difíciles de entender que cualquier otra maquinaria cotidiana. (En sus palabras: “los computadores son tan fáciles de entender como las cámaras fotográficas”.) Su libro era esencialmente un manifiesto contra la centralización del hardware y a favor de la diseminación de lo que yo llamo “brainware”, es decir, el conocimiento práctico para escribir software que haga que el hardware sea útil para fines personales.

La idea central de Nelson era que los computadores podían y debían estar bajo pleno control de los usuarios. Incluso un lego en la materia podría adquirir suficientes conocimientos de computación (es decir, ampliar su “brainware”) para utilizar un computador barato en su escritorio para todo tipo de propósitos creativos: en lugar de que la Máquina asuma el control de tu mundo, tú ganas el control de la Máquina.

En lugar de que la Máquina asuma el control de tu mundo, tú ganas el control de la Máquina

Por supuesto, tenía razón. Sus ideas, junto con los computadores de escritorio baratos que empezaron a aparecer a finales de los 70, dieron lugar a una explosión de programadores amateurs que utilizaban computadores personales (PC) baratos para todo tipo de cosas. La invención de la web (en 1989) y de Linux (en 1991) y su popularización a finales de los 90 aceleraron el proceso. Millones de personas en los países industrializados (y unos cuantos más en los países en desarrollo) crecieron en los años 80 y 90 aprendiendo a utilizar recursos de computación accesibles. Esto creó toda una generación de los llamados trabajadores del conocimiento, que produjo un repunte masivo de productividad en las décadas de 1990 y 2000. Esta era duró hasta quizá 2009 (yo sitúo la creación de los blogs y la tecnología RSS como la cima de esta era).

Las siguientes características definieron la era del PC:

  • Uno es dueño de verdad, uno tiene acceso “root”; esto significa que se puede hackear todo el stack de software hasta el sistema operativo.

  • Como es abierto, se puede instalar un sistema operativo libre que da control total del software que se ejecuta en el PC.

  • Uno puedes construir e instalar su propio software; sólo hace falta instalar un compilador o intérprete disponible libremente, escribir su propio programa y distribuirlo en internet, no se necesita pedir permiso a una autoridad central.

Ahora contraste eso con los actuales smartphones y tabletas, donde nada de lo anterior es fácil de hacer, porque está lleno de obstáculos o es imposible por razones legales, técnicas o políticas. Estamos retrocediendo a dispositivos bloqueados y controlados por un nuevo sacerdocio de la computación.

El lema impreso en la portada del libro era “You can and must understand computers NOW.” (“Puedes y debes entender los computadores AHORA”). Creo que la época actual exige un lema renovado: “Puedes y debes entender tus dispositivos AHORA”.


  1. El Altair 8800, el primer computador personal, salió al mercado un año después. ↩︎